No tengo miedo a la muerte
tengo miedo a cómo vivo.
Vivir como pienso, aunque me cueste en un principio, me hace perder el miedo a la muerte. Seré feliz, por haber sido libre, y haber llevado una vida como yo deseaba, sin pensar en lo que los demás puedan decir (los "hay que..."), y sin miedo a lo que pueda ocurrir (los "y si...").
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