22 enero 2004

Los "hay que". Vive y deja vivir

En principio esto iba a ser una respuesta al comentario de Adhará del anterior post, pero me he enrollado tanto, y me ha parecido tan interesante, que lo pongo en un post nuevo. Porque además es un nuevo tema por sí mismo.

"A veces nosotros tambien nos convertimos en jueces"... Pues si, a veces, y es una mala costumbre. ¿Qué ganamos ejerciendo de jueces y criticando si alguien no hace lo que se supone que debe? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar la vida de nadie, sino nuestras propias vidas?

Tal vez a algunas personas les produzca cierta envidia ver cómo otros han podido hacer lo que ellos no fueron capaces, ni serán capaces: ser como ellos quieren, sin importarles nada ni nadie (siempre desde el respeto); y ponerles verde a estos "rebeldillos", amansa su ego.

Tal vez a otras personas les resulte necesario poner etiquetas a los demás, no porque les de envidia, sino porque no comprendan que las cosas puedan ser de otro modo. Y cuando algo no lo comprenden, (o les da miedo comprenderlo) lo necesitan justificar de algún modo para quedarse más tranquilos; y puede que en parte, la religión tenga un poco de esto.

Entonces las personas somos en parte, y en diferentes proporciones, como si de una receta de concina se tratara, un poco quien somos, y otro poco quien le gusta a los demás que seamos. Están los que no tienen nada de esto último y mucho de lo primero: gente libre y sin complejos. Están los que no tienen nada de lo primero y todo de lo último: borregos. El problema viene cuando ésta última parte, ser como los demas quieren que seamos, nos resulta una carga opresora: la aprobación de los demás. Porque también habrá gente, que le guste no destacar, pasar desapercibido, no montar escándalos y ser en mayor medida, como los demas quieren que sea: ¿conformistas?.

Pero, ¿qué es la aprobación de los demás sino una cadena, un lastre, una soga atada a nuestro cuello? ¿Quién dicta lo que se supone que se debe o no hacer? Supongo que estas personas siguen dictando, porque les hacen caso. ¿Dónde empieza el problema? ¿En quienes dictan o en quienes aceptan y se someten? Evidentemente, si las personas somos, cada uno es su proporción, un poco jueces y un poco sumisos, supongo que la solución sería que dejásemos de ser ambas cosas a la vez.

Hay que ir a la moda, hay que pasar de ella, hay que estar muy delgado, hay que estar sano, hay que ser culto y saber de todo, no hay que ser un listillo, hay que ser solidario, no hay que ser tonto, hay que ser consumista, hay que ser comunista, hay que tener coche, hay que ir en transporte público, hay que.... ¡ay que asquito de todo! Dejadme en paz joder.

Vive y deja vivir.

En el próximo post, una vez comentados los "hay que", expresaré mi opinión sobre los "Y si".

No hay comentarios: