30 enero 2004

Miedo a la muerte

No tengo miedo a la muerte
tengo miedo a cómo vivo.



Vivir como pienso, aunque me cueste en un principio, me hace perder el miedo a la muerte. Seré feliz, por haber sido libre, y haber llevado una vida como yo deseaba, sin pensar en lo que los demás puedan decir (los "hay que..."), y sin miedo a lo que pueda ocurrir (los "y si...").

28 enero 2004

Mantengo mi esperanza.

Últimamente estoy bastante sensible. La verdad es que me emocionan las personas que apuestan por vivir como piensan, por amar ciegamente sin mirar si sus actos compensan, son rentables o no. Me emocionan las personas que siguen una política de máximos y luchan por lo que creen, sin importarles nada más: ni el dinero, ni el qué dirán. Simplemente aman.

Creo que esas personas, capaces de hacer cualquier cosa por amor, aun conservan la esperanza, a pesar de vivir en un mundo tan desesperanzador, competitivo y encarnizado. Aun sus corazones se mantienen vivos y puros. Y gracias a estas personas, se que el cambio es posible. Aun mantengo viva mi esperanza por conseguir que este mundo cambie a uno mejor.

22 enero 2004

Los "hay que". Vive y deja vivir

En principio esto iba a ser una respuesta al comentario de Adhará del anterior post, pero me he enrollado tanto, y me ha parecido tan interesante, que lo pongo en un post nuevo. Porque además es un nuevo tema por sí mismo.

"A veces nosotros tambien nos convertimos en jueces"... Pues si, a veces, y es una mala costumbre. ¿Qué ganamos ejerciendo de jueces y criticando si alguien no hace lo que se supone que debe? ¿Quiénes somos nosotros para juzgar la vida de nadie, sino nuestras propias vidas?

Tal vez a algunas personas les produzca cierta envidia ver cómo otros han podido hacer lo que ellos no fueron capaces, ni serán capaces: ser como ellos quieren, sin importarles nada ni nadie (siempre desde el respeto); y ponerles verde a estos "rebeldillos", amansa su ego.

Tal vez a otras personas les resulte necesario poner etiquetas a los demás, no porque les de envidia, sino porque no comprendan que las cosas puedan ser de otro modo. Y cuando algo no lo comprenden, (o les da miedo comprenderlo) lo necesitan justificar de algún modo para quedarse más tranquilos; y puede que en parte, la religión tenga un poco de esto.

Entonces las personas somos en parte, y en diferentes proporciones, como si de una receta de concina se tratara, un poco quien somos, y otro poco quien le gusta a los demás que seamos. Están los que no tienen nada de esto último y mucho de lo primero: gente libre y sin complejos. Están los que no tienen nada de lo primero y todo de lo último: borregos. El problema viene cuando ésta última parte, ser como los demas quieren que seamos, nos resulta una carga opresora: la aprobación de los demás. Porque también habrá gente, que le guste no destacar, pasar desapercibido, no montar escándalos y ser en mayor medida, como los demas quieren que sea: ¿conformistas?.

Pero, ¿qué es la aprobación de los demás sino una cadena, un lastre, una soga atada a nuestro cuello? ¿Quién dicta lo que se supone que se debe o no hacer? Supongo que estas personas siguen dictando, porque les hacen caso. ¿Dónde empieza el problema? ¿En quienes dictan o en quienes aceptan y se someten? Evidentemente, si las personas somos, cada uno es su proporción, un poco jueces y un poco sumisos, supongo que la solución sería que dejásemos de ser ambas cosas a la vez.

Hay que ir a la moda, hay que pasar de ella, hay que estar muy delgado, hay que estar sano, hay que ser culto y saber de todo, no hay que ser un listillo, hay que ser solidario, no hay que ser tonto, hay que ser consumista, hay que ser comunista, hay que tener coche, hay que ir en transporte público, hay que.... ¡ay que asquito de todo! Dejadme en paz joder.

Vive y deja vivir.

En el próximo post, una vez comentados los "hay que", expresaré mi opinión sobre los "Y si".

21 enero 2004

Me pega mi marido. ¿Me pega este vestido?

LO QUE PUDO PASAR (versión sensacionalista)

Érase una mujer maltratada que decide denunciar a su marido por malos tratos. El juez, la observó fijamente, de arriba a abajo, y se puso a pensar para sí mismo:

"¿Cómo dices? ¿Que si te pega ese vestido? ¡So zorra! ¡Pero cómo puedes preguntarte si te pega o no el vestido! ¡Que superficial! Si tu marido te pegó, deberías estar arrastrándole por el suelo, mendigando justicia, sin amor propio, ¡sin autoestima!, sin preocuparte por venir arreglada al juicio, ni preocuparte por ocultar tu dolor, so guarra, putón. Deberías ir andrajosa, ¡o ir de luto! ¿Es que no estás deprimida porque tu marido te pega?... ¡Ahora lo entiendo! Claro, es que ¡estás mintiendo como todas las demás mujeres! ¡Que todas sois iguales! Te lo estás inventando todo y tu marido es un santo por aguantarte. Además, esos hematomas... ¡vete tu a saber cuando te los harías!"

Entonces el juez, con una mirada que enfriaría el corazón de cualquier persona, bajó su martillo tornado en arma por la rabia, su rabia, e indultó al maltratador, indultó a su marido ante la estupefacta mirada de los presentes.

Increible ¿verdad? Pues esto ha pasado. Y ha pasado en Barcelona:

=============================================

LOS HECHOS

Un juez de la Audiencia de Barcelona ha absuelto a un hombre acusado de agredir a su esposa al considerar que "ir a la moda" no es propio de situaciones como la que denunció la víctima. El juez Francisco Javier Paulí Collado argumenta que la mujer acudió a las sesiones del juicio "no sólo arreglada, sino vestida cada día diferente, con anillos, pulseras y curiosos pendientes". Ese aspecto físico, dice el juez, no coincide con el de una mujer que ha pasado meses de agresiones.

En el fallo, el juez reconoce que existe un informe médico forense que señala que la mujer tiene hematomas en gran parte del cuerpo fruto de golpes. El juez dice sin embargo que como no se detalla "la coloración" de los moratones, no se puede saber de cuándo son.

Consuelo Abril, de la Comisión para la Investigación de los Malos Tratos, decía que el juez “está incapacitado” para dictar este tipo de sentencias y añade que el fallo insiste en los falsos tópicos como el hecho de que una mujer maltratada tiene que ir mal vestida o pertenece a un estrato social determinado.

=============================================

Si quieres leer la noticia completa, pincha aquí.

¿Existe alguna organización que regule y controle periódicamente la salud metal de los jueces? ¿Y la de los responsables políticos? ¿En manos de quién está el mundo? ¿y nuestras vidas? Me siento completamente indefenso.

13 enero 2004

Trece líneas para vivir

  1. Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.
  2. Ninguna persona merece tus lágrimas, y quien se las merezca no te hará llorar.
  3. Solo porque alguien no te ame como tú quieres, no significa que no te ame con todo su ser.
  4. Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón.
  5. La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener.
  6. Nunca dejes de sonreír, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quien se puede enamorar de tu sonrisa.
  7. Puedes ser solamente una persona para el mundo, pero para una persona tú eres el mundo.
  8. No pases el tiempo con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo.
  9. Quizá Dios quiera que conozcas mucha gente equivocada antes de que conozcas a la persona adecuada, para que cuando al fin la conozcas sepas estar agradecido.
  10. No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió.
  11. Siempre habrá gente que te lastime, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y solo ser más cuidadoso en quien confías dos veces.
  12. Conviértete en una mejor persona y asegúrate de saber quien eres antes de conocer a alguien más y esperar que esa persona sepa quien eres.
  13. No te esfuerces tanto, las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas.
Autor: Gabriel García Márquez.

09 enero 2004

Hoy es uno de esos días...

... en los que preferiría no despertar; preferiría seguir soñando. Hoy es uno de esos días sin color... en los que no entiendo nada, pero me da todo igual; no tengo fuerzas para esforzarme en comprender porque lo que quiero es no pensar. Hoy es uno de esos días en los que, de repente, notas un hueco en el pecho y descubres que te falta el corazón. En definitiva, hoy es uno de esos días... en los que necesitas un amigo.

08 enero 2004

El sistema tu y yo.

Ojalá nos enseñaran desde pequeños, en casa, en el cole, con la tele, que lo verdaderamente importante no se ve ni se compra, que no es importante el fisico, que el cielo es igual para todos, y que compartir es más hermoso que acumular compulsivamente.

Ojalá por las noticias en vez de salir que el rey se casa saliera que hace falta dinero para un poblado de suramerica para concienciar a más gente del problema y abrir los ojos. Pero claro eso no vende, eso cansa, la gente cambiaría de canal... mejor ver OT o GH.

Ojalá no nos impactasen tantos anuncios diciendonos lo que necesitamos comprar, advirtiéndonos de que seremos mejores personas y ascenderemos en el estatus social por tener un traje y un reloj mejor, o teniendo un físico y una sonrisa perfectos. Ojalá en los carteles en vez de eso nos recordaran, "¡ey! ¿has hecho hoy algo por que el mundo, a tu alrededor, sea un poquito mejor?"

En fin, la culpa no es únicamente del sistema, ni es de nadie en concreto... es de todos un poco, que asumimos las reglas del juego y en menor o mayor medida contribuimos a que todo esto pase, y a la vez a que no. ¿Cómo vivir coherentemente a tus ideas sin que te resulte una carga? ¿Cuál es el equilibrio? ¿Es una cuestión de equilibrios y mesuras o por el contrario de entrega desmedida?

El dinero no es lo que está mal repartido. El dinero no vale para nada, solo es papel, es un invento. Lo que está mal repartido es el amor. Y ahí el sistema ni pincha ni corta, somos nosotros los que lo damos o negamos.

La felicidad, el hoy y el mañana

Hoy he recibido un email muy interesante que me gustaría compartir:

Nos convencemos a nosotros mismos de que la vida será mejor después....

Después de terminar la carrera, después de conseguir trabajo, después de casarnos, después de tener un hijo, y entonces después de tener otro.

Luego nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que seremos más felices cuando crezcan y dejen de ser niños, después nos desesperamos porque son adolescentes, difíciles de tratar.

Pensamos: seremos más felices cuando salgan de esa etapa.

Luego decidimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro esposo o esposa le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche, cuando nos podamos ir de vacaciones, cuando consigamos el ascenso, cuando nos retiremos.

La verdad es que no hay mejor momento para ser feliz que ahora mismo.

Si no es ahora, ¿cuándo? La vida siempre estará llena de luegos, de retos.

Es mejor admitirlo y decidir ser felices ahora de todas formas. No hay un luego, ni un camino para la felicidad, la felicidad es el camino y es ahora: atesora cada momento que vives, y atesóralo más porque lo compartiste con alguien especial; tan especial que lo llevas en tu corazón y recuerda que el tiempo no espera por nadie.

Así que deja de esperar hasta que termines la Universidad, hasta que te enamores, hasta que encuentres trabajo, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que se vayan de casa, hasta que te divorcies, hasta que pierdas esos diez kilos, hasta el viernes por la noche o hasta el domingo por la mañana; hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que te mueras, para decidir que no hay mejor momento que justamente éste para ser feliz.

La felicidad es un trayecto, no un destino. Trabaja como si no necesitaras dinero, ama como si nunca te hubieran herido, y baila como si nadie te estuviera viendo.

07 enero 2004

Relación entre el 'Spirit', Hernán Cortés y un niño Somalí.

La nave Spirit nos envía imágenes de Marte a alta resolución y todo color. La verdad es que si no fuera por el color del cielo perfectamente podría pensar que se tratan de imágenes de algún desierto de nuestro planeta.

Nunca he descartado la posibilidad de que existiese vida extraterrestre. Si no fuera así ¡cuánto espacio desaprovechado! Y a veces imagino dicha vida como una amenaza, tal vez por haber visto demasiadas películas (“Invasión de los mundos”, “Alien”, “The thing”, “StartSheep Troopers”…) Y a pesar de que siempre ganamos los terráqueos, me siento, y supongo que otros muchos también, perfectamente vulnerable. Me encantaría que existiese una civilización extraterrestre, pero que fueran respetuosos y vinieran con buenas intenciones y espíritu cooperador, como en “Encuentros en la tercera fase”.

Ahora que hemos llegado nosotros a Marte; me pregunto si encontraremos allí una civilización muy superior con la que desearíamos cooperar y tener buenas relaciones (¿por interés?), o si por el contrario encontraremos unos seres diminutos, como ratoncillos, iguanas, simios o seres así, ante los cuales seamos tecnológica e intelectualmente superiores. En este último caso ¿cómo nos comportaríamos ante ellos? ¿Con el mismo espíritu de paz, cooperación y “buen rollo” o “buena onda” que nos gustaría que tuvieran los que nos invaden a nosotros? ¿O adoptaremos el papel de especie colonizadora a lo “Alien” (a lo Hernán Cortés)?. ¿Nos sentiremos “dueños” de lo que allá exista? ¿A cuanto estará el metro cuadrado marciano?

Y yendo un poco más allá, me vengo más acá, y pongo los pies en la tierra (nunca mejor dicho). Tal y como estamos tratando a nuestro ecosistema, tal y como nos tratamos entre nosotros mismos, deberíamos empezar a cambiar y tratarnos con el mismo buen rollo con el que desearíamos que nos tratase alguien superior, que sabemos nos puede fulminar en cualquier momento. Un niño español es igual que otro de Somalia. ¡Ah! Claro... es que el somalí no nos puede desintegrar con sus rayos láser. Aunque si pudiera, no creo que lo hiciera. No creo que cayese tan bajo como nosotros con él.

03 enero 2004

'Te voy a abrir la cabeza'

Gracias por la paliza que me has dado. La verdad es que no tenía las ideas muy claras, pero a raiz de tu patada en mi hígado empecé a comprender. Eso si, aquel puñetazo en los riñones y el porrazo en la cabeza con tu bate de béisbol me iluminó del todo. Ahora lo entiendo mucho mejor. Gracias por hacerme razonar. Muchas gracias, de veras...

¿De veras existe alguien tan patético como para creer que la violencia hace razonar?