13 abril 2004

Pena de muerte

Noticia obtenida de Amnistía Internacional.

China, Irán, Estados Unidos y Vietnam suman el 84% del total de ejecuciones. De acuerdo con la información de que dispone Amnistía Internacional, al menos 2.756 personas fueron condenadas a muerte en 2003 en 63 países distintos, pero la verdadera cifra fue, sin duda, mayor.

"Las cifras de este año muestran que, aunque la mayoría de los países siguen la tendencia abolicionista, algunos prefieren seguir en el lado equivocado de la línea divisoria de la justicia", ha manifestado Amnistía Internacional.

"Los países que siguen aplicando la pena de muerte por su supuesto valor disuasorio especial contra la delincuencia no tienen en cuenta que no hay estudios científicos que demuestren tal efecto.”

En Canadá, por ejemplo, la tasa de homicidios por 100.000 habitantes ha descendido un 40 por ciento desde la abolición de la pena de muerte para el asesinato en 1975.

Además, la pena capital entraña siempre el riesgo de que se ejecute a un inocente.

Desde 1973, 113 condenados a muerte han sido puestos en libertad en Estados Unidos por haberse encontrado pruebas de que eran inocentes de los delitos por los que habían sido condenados. Algunos estuvieron a punto de ser ejecutados tras pasar años condenados a muerte. Algunos elementos recurrentes en sus casos eran: mala conducta del fiscal o la policía, uso de confesiones, pruebas físicas o testimonios de testigos poco de fiar y asistencia letrada inadecuada. Otros presos han sido ejecutados a pesar de existir serias dudas sobre su culpabilidad.

“Es hora de que todos los gobiernos cumplan sus obligaciones internacionales. La pena de muerte es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante y constituye una negación flagrante del derecho a la vida”, ha manifestado Amnistía Internacional.

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