04 marzo 2004

Manifiesto Programático de ATTAC España

La globalización financiera erige el interés económico en bien supremo y, con absoluto desprecio a los derechos de los pueblos, impone la búsqueda del beneficio como norma absoluta de todas las sociedades; las consecuencias son bien patentes: el agravamiento en todo el mundo de los desequilibrios económicos, ecológicos, sociales y culturales, y la cada vez más preocupante limitación de los controles que corresponden a las instituciones democráticas, que tienden a ser sustituidas por mecanismos y lógicas estrictamente especulativos que sólo expresan los intereses de las empresas transnacionales y de los mercados financieros.

Los grupos de interés, los especuladores y los agentes financieros arrebatan el poder a los ciudadanos, intentando reducirlos a la mera condición de consumidores y, de este modo, incapacitarlos para decidir su propio destino, en aras de una transformación presentada como inevitable ley natural por el ‘pensamiento único’, y difundida reiteradamente por los grandes grupos mediáticos. Se está generando una situación de frustración e impotencia que, junto a la cada vez mayor desigualdad en las distintas zonas del planeta y al deterioro creciente de los derechos y conquistas sociales logrados a lo largo del siglo xx, es el mejor caldo de cultivo para el crecimiento de los valores individualistas, xenófobos, insolidarios y antidemocráticos.

La libertad total de circulación de capitales, los paraísos fiscales y el crecimiento acelerado del volumen de las transacciones especulativas arrastran a los Estados, a las regiones y a las ciudades a una vergonzosa carrera por ganarse los favores de los grandes inversores. Esta insensata competencia lleva al desmantelamiento deliberado de las bases legales, políticas y sociales de los Estados para facilitar las inversiones. En nombre del "progreso", cerca de dos billones de dólares van y vienen cada día a la búsqueda de una ganancia rápida en los mercados de cambios, persiguiendo un beneficio instantáneo que no guarda relación alguna ni con la inversión productiva ni con el comercio real de bienes y servicios. Ante este delirio especulativo cada vez resulta más difícil distinguir entre transacciones legales e ilegales, inversión y lavado de dinero, comercio y criminalidad organizada. Las consecuencias más patentes de este proceso son el crecimiento continuado de las rentas del capital en detrimento de las del trabajo, la evasión sistemática de impuestos y, en general, la extensión de la pobreza y la generalización de la precariedad y la exclusión.

A comienzos del siglo xxi, paradójicamente, el destino de la humanidad depende más que nunca de los dictados de unas instituciones económicas (FMI, OCDE, OMC, Banco Mundial y los respectivos bancos centrales) escasamente democráticas, que intentan controlar el mundo desde su condición de representantes del poder financiero.

Es urgente detener este proceso mediante una resuelta acción ciudadana de carácter cívico y participativo. La tarea más apremiante consiste en crear instrumentos eficaces de regulación de los mercados a escala internacional. Contra el fatalismo, cínicamente instaurado por los propios dirigentes de ese "gobierno del dinero supranacional", surgen también alternativas esperanzadoras que nos impulsan a retomar la certeza de que otro mundo es posible.

ATTAC, movimiento plural, democrático y participativo, tiene por finalidad luchar para devolver el poder a la ciudadanía, que es su depositaria legítima en toda democracia, y colaborar en el perfeccionamiento del control democrático de sus representantes. Sobre la base de esta finalidad, perseguimos establecer mecanismos democráticos de regulación y control de los mercados y del sistema financiero internacional, e impulsar y fortalecer el desarrollo de una opinión pública independiente, activa y bien informada.

Hacemos nuestros los objetivos de la Plataforma internacional ATTAC. Y con ese fin nos proponemos participar y cooperar con el resto del movimiento para debatir en común, producir y difundir análisis, actuando conjuntamente tanto dentro de cada uno de nuestros respectivos países como a escalas más globales. Estas actividades tendrán inicialmente como guía:
  • poner trabas a la especulación internacional
  • sancionar a los paraísos fiscales
  • impedir la generalización de los fondos de pensiones
  • promover la transparencia de las inversiones en los países dependientes
  • establecer un marco legal para las operaciones bancarias y financieras, con objeto de no penalizar a los consumidores y a los ciudadanos (los asalariados de las instituciones bancarias pueden jugar un papel importante en el control de estas operaciones)
  • apoyar la reivindicación de la anulación general de la deuda pública de los países dependientes y el uso de los recursos así liberados a favor de las poblaciones y del desarrollo duradero, lo que muchos llaman el pago de la "deuda social y ecológica".
De manera general, se trata de:
  • Recuperar y ampliar los espacios democráticos perdidos por las colectividades en beneficio del poder financiero.
  • Oponerse a toda nueva renuncia de competencias por parte de los Estados que tienda a privilegiar el derecho de los inversores o mercaderes.
  • Definir y construir, en suma, un orden socioeconómico más democrático a escala mundial.
Estos objetivos, presentes con anterioridad en la conciencia crítica de multitud de ciudadanos, confluyen y se van configurando en diversas plataformas locales, regionales o nacionales, en las cuales se propone la implantación de la Tasa Tobin como mecanismo para frenar la presente volatilidad en los movimientos de capitales, que desestabiliza los países. En este sentido, trabajamos para la declaración de municipios Tobin y la implantación de una Eurozona Tobin.

Convocamos a cuantas personas deseen sumarse – igual que lo están haciendo otras decenas de miles por todo el mundo, participando con múltiples redes y grupos de información, estudio o debate en campañas de ámbito tanto local como estatal o internacional – e incorporarse a las acciones cívicas que promovemos desde esta Plataforma de ATTAC España.

Este llamamiento se inscribe dentro del espíritu de la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamada por la ONU en 1948, que reafirma incluso la legitimidad del "supremo recurso a rebelarse contra la opresión", ya que la ciudadanía tiene hoy tanto el derecho como todo un deber ético para ejercitar su resistencia contra la dictadura de los mercados.

¡Que nada que nos afecte pueda hacerse sin nuestra participación!

Se trata simplemente de reapropiarnos, todos unidos, del porvenir de nuestro mundo.

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