26 enero 2007

La enfermedad del hombre y su letal droga

LA ENFERMEDAD...

En un mundo cada vez mejor comunicado, y por tanto más unido, va cobrando más fuerza el concepto de globalidad. El ejemplo más evidente podemos verlo en la economía y el cambio hacia la globalización que está experimentado. Y la percepción global del mundo debe afectar también a las personas. ¿Quién de nosotros no tiene amigos en otro continente, habla al menos dos idiomas, o por lo menos no está informado de lo que ocurre en todo el mundo?

La psicología debería asumir dicho cambio y aceptar enfermedades que afecten a la globalidad.

Existen enfermedades fisiológicas, que repercuten directamente en el organismo de la persona afectada. Estas enfermedades poseen unos síntomas que la evidencian. Es decir, el afectado puede creer que está enfermo porque experimenta un empeoramiento de sus condiciones. ¿Qué ocurre cuando no se experimenta? El afectado puede pensar, con razón, que no padece ninguna enfermedad.

Por tanto, retomando el plano psicológico, de por si menos palpable, cuesta más que el afectado perciba esos síntomas y se convenza de estar enfermo. Los problemas desde fuera se ven con más claridad, y suele ser habitual que familiares o amigos del afectado sean los que le abran los ojos.

¿Y por qué un problema psicológico se detecta como una enfermedad? En la medida en que su comportamiento afecte a:

  • Su salud: Obviamente es detectable un problema psicológico que afecte a la salud de una persona (bulimia, anorexia, suicidas, etc...)

  • Su relación con su entorno más directo (familia, amistades y trabajo): También son fácilmente detectables los problemas psicológicos de este tipo (celos, sentimientos de superioridad o inferioridad...)

  • Su relación con el resto del mundo: Aquí existe un vacío tremendo y no hay enfermedades catalogadas. Alguien al que le importe un bledo lo que pase en el tercer mundo, la destrucción de la naturaleza, etc... obviamente está enfermo (carece de un sentimiento de unidad con el resto de seres humanos, carece de sensibilidad por los problemas lejanos a su mundo).

Llegados a este punto podemos afirmar que esta sociedad está enferma. Tiene una carencia de sensibilidad y amor al prójimo.

El primer problema, al igual que ocurre con todo tipo de enfermedades psicológicas, es darse cuenta de ello y reconocerlo. Hasta que esto no suceda, nada cambiará.


...Y SU DROGA LEGAL

Consumir. Invertir en mejorar tu calidad de vida, aumentar tu comunidad y mejorar en tu estatus social. Vivir cada día más a gusto en una burbuja de placer y felicidad falsa que proporciona el dinero. Y cada vez nos tapamos más los oídos. Pero esto no lo hacemos únicamente porque el sistema lo establezca así, sino también nuestro propio organismo, que como el de todo ser vivo, tiende a situarse cada vez en una posición más cómoda y que le proporcione mayor tranquilidad y seguridad. Y dentro de esa burbuja no vemos más allá de lo cercano (yo, mis amigos, mi familia). No nos interesa verlo, o a los medios de comunicación, al sistema, no le interesa mostrarnos otra realidad.

¿Es una enfermedad la ambición o las ansias por vivir cada vez más cómodamente y rodeado de productos realmente no necesarios? ¿Es esta la enfermedad de la humanidad que contrajo desde que inventó el dinero?

¿El dinero da la felicidad? El vivir cada vez más cómodos, y mejorar nuestro estatus social de cara al qué dirán, aporta una felicidad y un placer tan falso y perjudicial para la humanidad, como la de una droga. Pero la diferencia entre el placer que aporta el consumismo y la que aporta una droga es que una es legal e interesa al sistema y la otra no. ¿Por qué? ¿Por qué ésta última mata directamente? ¿Acaso no mata a miles de personas el que medio mundo no comparta lo que tiene con el otro medio?

¿Qué droga mata a más personas, la droga del consumismo o la sintética? Todos somos drogadictos. Y lo peor de todo es que sólo somos un 15% de la población mundial, la que putea al otro 85%.

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